El_Tano Publicado 24 de Febrero del 2014 Reportar Share Publicado 24 de Febrero del 2014 El domingo a la madrugada, Nélida Cantoni (41) dormía en su casa junto a su pareja Sergio Abello (38), cuando recibió la primera de las 12 puñaladas que acabaron con su vida. Una de esas, le atravesó el cuello y la mató. ¿Su asesino? Aaron González, un chico de 21 años, hijo del dueño de la rotisería del pueblo y amigo en Facebook de su víctima. Abello, un acaudalado productor rural del sur cordobés con el que Nélida estaba en pareja hace pocos meses también fue apuñalado, pero tuvo mejor suerte y vivió para contarlo. Más precisamente para señalar a González como asesino. El crimen conmueve a los 6.000 habitantes de general Levalle, un pueblito cordobés ubicado a 380 kilómetros al sur de esta Capital, sobre la Ruta 7; y el mismo domingo a la noche, unos 2.000 marcharon hacia la Municipalidad clamando Justicia. Ni bien ocurrió el ataque, el agresor, que actuó en plena madrugada, munido de una linterna y un cuchillo de cocina sorprendió a la pareja y arremetió directamente contra la mujer. Luego, para cubrir su fuga, atacó al hombre. Y mientras escapaba, cayó a la pileta de natación de la casa y luego siguió su fuga. Desde la Unidad Departamental Sáenz Peña de la Policía cordobesa señalaron a Clarín que “el caso está resuelto con la detención del sospechoso”. A las pocas cuadras de la vivienda de Nélida Cantón, en la esquina de San José y Mitre, fue apresado el muchacho. Estaba ensangrentado y aún tenía consigo el cuchillo utilizado en el ataque. Una fuente de la investigación confió que “González y la mujer habían tenido una relación ocasional, ella tenía 40 años y él 20 y ambos estaban solos, sin compromisos. Incluso, eran amigos en las redes sociales”. El informante agregó que “cuando la mujer conoce a su actual pareja pone fin a la relación con el joven; lo que, creemos, genera esta reacción que terminó con el ataque fatal. Por el nivel de agresividad, la apuñaló más de diez veces, estamos hablando de una furia contenida y desprecio por la vida”. El agresor trabajaba con su padre en la rotisería de General Levalle y repartía los pedidos entre sus clientes. Era conocido por todo el pueblo. Luego de conocerse el crimen de Nélida, se supo que González tenía una causa abierta por abuso sexual contra una joven de la vecina localidad de Laboulaye. Pero como la chica se fue del pueblo, la causa quedó dormida. [clarin] Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
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