El_Tano Publicado 16 de Diciembre del 2012 Reportar Share Publicado 16 de Diciembre del 2012 "Bombacha clásica o sofisticada, lisa o estampada; cualquiera sirve… Lo importante es que sea rosada", decían nuestras abuelas en vísperas de Navidad. En sus versiones culotte, vedetina o cola-less, el rosa es el color que se impone. La forma, el calce o la textura no importan; valen tanto la puntilla sexy como el algodón más simple; si nos tapan todo o no nos cubren nada. ¿Quién de nosotras no encontró alguna, alguna vez, al pie del pinito? Como el pan dulce, los turrones y las nueces, regalar una bombacha rosa ya es una clásica tradición navideña que, según la cultura popular, es sinónimo de buena suerte. Pero… ¿Alguna vez nos preguntamos cuál es el origen de esta costumbre y su verdadero significado? La historia Ritual con características propias, para algunos tiene un origen pagano ligado a la procreación y la fertilidad. Para otros, se relaciona con la práctica de los creyentes que el tercer domingo de Adviento encendían una vela rosa como símbolo de la alegría que les generaba la llegada de Jesús al mundo. En este último caso, no debemos olvidarnos de que fue justamente el Cristianismo el que durante años insistió en criticar la compulsión femenina por la estética y la moda, calificándola como una actitud degradante y revalorizando la pureza interior: cuanto menos por afuera, mejor por adentro… ¿De ahí la elección de la bombacha? Los descreídos también aportan su versión: otros historiadores ligan este hecho a las tradiciones de la moda victoriana o a las fiestas excéntricas de la Belle Epoque en donde la consigna era “lookearse” de manera navideña completamente de rosa, incluyendo la lencería. De generación en generación, este rito ha pasado por todas las mujeres de la familia. En cuanto a las fechas, lo que queda claro es que hay que regalarla el 24 de diciembre. ¿Cuándo estrenarla? Dos posibilidades: algunas versiones se inclinan por el 25 (y le asignan un sentido de fertilidad), otras por el 31 y afirman que vestir algo nuevo para comenzar el año es adelanto de prosperidad y buena suerte. Las versiones son muchas; las ofertas, también. Los negocios de lencería las exhiben como preciados objetos entre las guirnaldas, adornos, moños y campanitas características de la época. El mandamiento, por ahora inexplicable, es uno: hay que regalar una bombacha rosa a toda aquella mujer que comparta con nosotras la cena de Nochebuena. entremujeres.com Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
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