GutZ Publicado 20 de Julio del 2012 Reportar Publicado 20 de Julio del 2012 El papel de gigoló le costó el divorcio a un hombre que intentó seducir a sus dos cuñadas, entre otras mujeres, y al que la Justicia terminó adjudicándole toda la responsabilidad por el divorcio. La Sala L de la Cámara Civil se basó en que la relación el hombre incurrió en “conductas graves que pueden considerarse injuriosas por parte del señor hacia su cónyuge, como el trato desconsiderado, el engaño plasmado en relaciones sentimentales con terceras personas, el desprecio a la lealtad matrimonial". Entre los testimonios que consideraron los jueces José Luis Galmarini, Marcela Pérez Pardo y Víctor Liberman se encuentra el de una de las hermanas de la mujer, quien dijo que en 2005, mientras trabajaba en una inmobiliaria del hombre, “él le propuso tener una relación amorosa y que a su otra hermana también se lo propuso”. También consta en la causa la declaración de una empleada doméstica que había denunciado “que tenía un embarazo de él”. "La demostración de que el esposo mantenía relaciones amorosas extramatrimoniales y las propuestas a sus cuñadas de iniciar relaciones sentimentales" y teniendo en cuenta que "el estado civil de casados les impone el deber de respetarse mutuamente en orden”, los jueces justificaron que la mujer haya abandonado a su marido y decretaron el divorcio por culpa exclusiva de él. (Clarin)
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