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Muchos no querian a Steve Jobs debido a las ganancias obsenas de al depender de Apple


El_Tano

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Un talento creativo sin duda admirable pero que, en la opinión de muchas personas, frecuentemente sirvió más bien al abuso monopólico, a la creación de "necesidades" artificiales de consumo, al discurso de "un mundo mejor" como cobertura de la acumulación de ganancias exorbitantes, etcétera.

 

Algunos no son tan categóricos como Richard Stallman, defensor del software libre ("Me alegra que ya no esté", dijo), pero aun admirando las creaciones de Apple, expresan de todos modos sus reparos hacia el peculiar estilo empresarial de Jobs.

 

El diario italiano Corriere della Sera, consultó a varias personalidades. Por ejemplo, el escritor norteamericano Jonathan Safran Foer (Todo está iluminado, Tan fuerte tan cerca), dijo: "Aunque Steve Jobs ha sido indiscutiblemente un genio, no está de hecho demostrado que sus invenciones hayan mejorado en modo alguno nuestras vidas; al contrario, se puede argumentar con conocimiento de causa que el mundo hoy es un lugar menos sensato, humano e incluso conectado, en el estricto sentido de la palabra, por culpa del iPhone".

 

 

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Su colega Jay McInerney (Luces de neón) tiene una opinión más matizada: "Jobs volvió sexy a la tecnología y la hizo accesible. El era tal vez la única personalidad de Silicon Valley que poseía un alma de artista y entendía la importancia de la estética". Sin embargo, el escritor admite que el legado de Jobs es contradictorio: "En un cierto sentido, nos ha liberado, pero al mismo tiempo nos ha hecho a todos esclavos de un monopolio llamado Apple".

 

Lo mismo siente Safran Foer: "Hoy tomé el subte en Manhattan y noté que todos, pero todos, fijaban la vista en una pantalla. Pienso que la responsabilidad es sobre todo de Jobs: deberemos estar muy atentos a las consecuencias de este amor desenfrenado que tenemos por los gadgets".

 

El ascendente Jonathan Franzen (autor de Las correcciones y uno de los escritores favoritos de Barack Obama), aunque declinó opinar en la ocasión, igualmente se las ingenió para dejar sentada su posición: "No quiero decir nada sobre la muerte de Steve Jobs porque no me parece el momento adecuado para discutir cuánto odio a Apple".

 

De todo modos, en su último libro Liberty Franzen hizo una dura requisitoria contra Jobs, en tono sarcástico, y poniendo en boca de uno de sus personajes, el cantante de rock Richard Katz, la siguientes palabras: "Se me ofreció la oportunidad de participar del mainstream pop, fabricar goma de mascar y tatar de persuadir a los jóvenes de 14 años de que el estilo de los productos Apple era una demostración del compromiso de la empresa por mejorar el mundo.

 

Porque mejorar el mundo es cool, es justo. Y la Apple se compromete mucho más que los otros porque los iPod son mucho más cool que los otros lectores mp3, y es por eso que cuestan mucho más y son incompatibles con el software de las otras empresas, porque... en fin, a decir verdad, no está muy claro por qué, en un mundo mejor, los productos más cool deban llevarle las ganancias más obscenas a un minúsculo número de habitantes de este mundo mejor".

 

¿Fue Jobs nada más que un capitalista obsesionado por el dinero que disfrazaba sus ambiciones con bellas palabras?

 

Seguramente este debate sobrevivirá a su muerte.

 

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