Tomas10 Publicado 25 de Septiembre del 2011 Reportar Share Publicado 25 de Septiembre del 2011 Considerada como una de las industrias más promisorias para el país, el software enfrenta una nueva encrucijada. A la falta crónica de mano de obra calificada, se suma ahora el retraso cambiario que, según dicen los empresarios del sector, impide trasladar a los precios las subas salariales. El círculo vicioso potencia una palabra maldita, la rotación de personal, en momentos en que las empresas desarrolladoras proyectan ampliar sus planteles de talento. Esto puede expresarse en una fórmula sencilla: “Por año, de cada 100 empleados, 25 cambian de lugar de trabajo y se reclutan 31. La rotación es terrible porque representa la pérdida de capital”, dice Fernando Raca, titular de la CESSI, la cámara que agrupa a las empresas del sector. Precisamente, un reciente relevamiento de la OPSSI (Observartorio Permanente de la Industria del Software y Servicios Informáticos), que depende de la CESSI, reveló que este año, el sector contratará 9.100 nuevos empleados. Aunque parezca un contrasentido, las subas salariales en promedio rondaron el 20%, por debajo de la inflación y los acuerdos cerrados por otros gremios. Las empresas de software, así, se enfrentan en una guerra en dos frentes: por un lado, evitar la fuga de cerebros; por el otro, tentar al personal con salarios y beneficios, lo que recorta márgenes de rentabilidad, en especial las que están enfocadas en la exportación de servicios. “Seguimos creciendo, y si no lo hacemos más, es porque no contamos con los recursos humanos para afrontar los desafíos. No podemos aprovechar las oportunidades”, resumió Raca. En este contexto, IBM acaba de afrontar el primer intento de paro gremial (de 2002 a la fecha) en demanda de mejores sueldos. Para la empresa, la medida, impulsada por CePETel, un sindicato de empleados telefónicos que intenta representar a los informáticos, fue un fracaso. “La industria no tiene un gremio reconocido por el Ministerio de Trabajo, recién están dando los primeros pasos, pero el paro no es legal y se plegaron 20 personas nada más”, dijo a iEco una fuente de la compañía. José Zas, titular de CePETel, recordó que desde 2010 vienen impulsando cortes y bloqueos a edificios de la empresa. Dijo que al paro adhirieron “unas 350 personas”, una cifra que calificó de “importante” pero a la vez “insuficiente como para obligar a la empresa a negociar”. En parte, Zas coincide con IBM en que el sector no cuenta con representación gremial legitimada. “Por eso no se puede discutir ni salarios ni condiciones laborales. Las reglas las fija el empleador”, expresó con resignación. IBM es la principal empleadora en la industria local. Tiene contratadas más de 9.000 personas, superando a otras multinacionales radicadas en el país, como la consultora Accenture (que exporta servicios), Hewlett Packard y la india Tata. En total, de acuerdo con la CESSI, se calcula que hay unas 1.500 empresas con un mínimo de 5 empleados, que en conjunto facturan US$3.100 millones anuales. La encrucijada del talento y el retraso del tipo de cambio para IBM no representa un problema: “En cuanto a facturación y crecimiento, nos encaminamos al mejor trimestre desde 2002. Las exportaciones de servicios son competitivas, no tenemos más remedio que crecer”, apuntó la fuente empresaria. Sin dejar de mostrarse optimistas, en Neoris, una factoría de software exportadora, y que cuenta con 750 empleados, señalan la “dificultad de trasladar a los clientes las subas salariales sin perder rentabilidad”. Su gerente de Marketing, Anabela Barneto, comenta que si bien la principal motivación para el empleado es el salario, existen otras herramientas para combatir la rotación. “Se implementan diferentes tipos de beneficios, como capacitación, horarios flexibles, descuentos en compras, gimnasio y horario flexible, entre otras cosas”, enumeró la ejecutiva. La industria del software exportó en 2010 US$663 millones y proyectan para este año alcanzar los US$750 millones en ventas al exterior. No sorprende, entonces, que el retraso cambiario figure al tope en la agenda de las preocupaciones empresarias. Pablo Sametband, socio de Baufest, otra factoría que exporta el 20% de su producción, resalta que existe una alta competencia de las empresas por capturar recursos humanos calificados. “La guerra del talento –coincidió con Barneto, de Neoris– no sólo se gana con mayores remuneraciones. Desarrollamos estrategias con ejes en la capacitación, el clima laboral, remuneraciones variables y premios a la productividad”. iEco Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
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