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Como el gobierno dibuja los presupuestos año a año para la Argentina


Alejo

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Muy pronto, incluso antes de las elecciones de octubre, empezará a calentarse el clima para un debate clave : el Presupuesto de 2012. El proyecto de ley debe ingresar a la Cámara de Diputados, como muy tarde, este 15 de septiembre.

 

Antecedentes abundantes, uno bien cercano, auguran tironeos fuertes. El año pasado, cuando formaba un bloque sólido, la oposición frenó el Presupuesto de 2011. Consideró que era un dibujo liso y llano: la realidad le dio la razón y ahora sospecha que viene otra vuelta.

 

Basta con observar varios contrastes entre las proyecciones de aquella iniciativa y lo que sucedió después: El Presupuesto de 2011 estimaba una inflación del 8,4% para todo el año . Ni siquiera el INDEC convalida semejante cosa: cuenta que está en el 9,7%. Según la Dirección de Estadísticas de Santa Fe es del 21,5% , en los últimos doce meses.

 

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Algo similar ocurre con el crecimiento de la economía. Se puso un 4,3% , mientras las propias estadísticas oficiales cantan 8,8% anual.

 

La recaudación impositiva iba a aumentar un 22 % . La AFIP dice 38,7% en el acumulado de los primeros ocho meses.

 

Finalmente, el gasto público. La previsión era que subiera un 18,3% : marcha al 30% .

 

En el interior de estas cuentas anida una maniobra conocida de sobra. Subestimar la inflación y el crecimiento equivale a mayor recaudación y a aumentar los gastos del Estado, que el Gobierno administrará como mejor le convenga .

 

Más de lo mismo puede verse con tres impuestos decisivos, relacionados con el crecimiento y mucho más con la inflación real. En el Presupuesto de este año, los ingresos por el IVA apenas treparían un 22,5 %: el informe de la AFIP dice 33,7%. Para Ganancias, los números son, respectivamente, 19,7 y 40,5%. Y en el impuesto al cheque, 19,1 % contra 36%.

 

Es evidente que técnicos experimentados, como los de la Secretaría de Hacienda, no pueden errar por tanto. El hecho es que de ese modo al Gobierno le quedará, en 2011, un plus que institutos especializados cifran en más de $ 35.000 millones . Y así los gastos pueden evolucionar al 30%, seguro que arriba del 30% en el año completo.

 

El diputado Claudio Lozano ha hecho cuentas sobre cuánto reporta el dibujo. Le dan alrededor de $ 220.345 millones entre 2003 y 2011, manejados por fuera del Parlamento .

 

Ni hace falta buscar comparaciones. Sólo una: la plata extra gastada durante la era K equivale a unos 52.000 millones de dólares . Eso al tipo de cambio de hoy, muchísimo más si se toma la cotización de cada año.

 

El instrumento para disponer de semejante montaña de dinero es el decreto de necesidad y urgencia, y Cristina Kirchner los ha firmado en cantidades sin precedentes. Más el uso intensivo de los superpoderes, que permiten mover partidas de un lado al otro del Presupuesto.

 

Por encima de lo que genera una recaudación impositiva considerable, se están exprimiendo otras fuentes de financiamiento, como las reservas, las utilidades y los adelantos del Banco Central. También a la ANSeS, el PAMI y a cualquier caja a tiro.

 

Con los fundamentos de la experiencia, la oposición espera otro dibujo presupuestario para 2012 . Mientras el oficialismo tuvo mayorías, aprobó todo a libro cerrado, pero el año pasado las había perdido y el antikirchnerismo se le plantó.

 

Habrá que ver si ahora ocurre lo mismo, tras el aplastante triunfo de la Presidenta en agosto. Dicho de otra manera, si emergen grietas en el arco opositor .

 

No es igual 2010 que 2011. Ni tampoco que 2012. Desde octubre empezarán a tallar otras cartas, durante cuatro largos años.

 

Para que se entienda: los gobernadores necesitarán recursos y, como siempre, pesará la caja del poder. Una medida tal vez la dé el voto de los legisladores provinciales.

 

En pocos días se sabrá si el Gobierno insistirá con la maniobra de estos años. El viceministro de Economía, Roberto Feletti, ha hablado de una hipótesis de crecimiento del 5 % para el año que viene, semejante a la que proyectan consultores privados.

 

Debiera suponerse que esa cifra figurará en el proyecto oficial. Pero con eso solo no alcanza. Falta nada menos que la proyección inflacionaria: ¿ aceptará el Gobierno reconocer algo cercano a la realidad , después de haber metido mano en el INDEC sin ningún cuidado? Con los costos políticos que una movida así acarrearía, el consiguiente batifondo y la admisión implícita sobre las manipulaciones del índice de precios, la respuesta parece cantada.

 

No lo aceptará .

 

A menos que logre abrir alguna caja nueva, al Gobierno le será difícil seguir con el gasto público al ritmo que corre. Y debería ser una privada, porque las oficiales están deteriorándose.

 

Queda la vía del crédito internacional, sugerida en el avance del Presupuesto de 2012, como siempre impreciso y lleno de generalidades. Y hasta es un punto en la agenda de Amado Boudou.

 

Claro que tampoco sería una opción políticamente gratuita, en medio del discurso machacón sobre el desendeudamiento . Aunque tal vez no haya otro remedio para sostener las cuentas públicas. Pero si se respetan las normas, el endeudamiento deberá pasar por el Congreso .

 

VIA

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