Un contrato complica a las madres de plaza de mayo

[Shinigami]

Un contrato firmado por Alejandro Gotkin -el contador de Sergio Schoklender- y Hebe de Bonafini complica la situación judicial de la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo. El documento revela un negocio en el que las Madres decidían comprarle a Meldorek las viviendas terminadas para la ejecución de la misión “Sueños Compartidos”, cuyas obras se financiaron con dinero del Estado nacional.

 

 

El acuerdo no sería una irregularidad sino fuera por las inconsistencias que encontró la justicia: la constructora de Schoklender tenía apenas ocho empleados y casi ningún capital mientras que los obreros eran contratados por la Fundación y los paneles para las casas también eran importados -y luego fabricados- por la organización. La pregunta natural que se hacen los investigadores es ¿por qué Bonafini le pagaba a una sociedad que no tenía equipamiento ni personal si ella tenía todo lo necesario para construir las viviendas?

 

 

 

Por esa razón y a partir de un hallazgo del fiscal antilavado Raúl Pleé, el fiscal del caso, Jorge Di Lello, pidió ayer una serie de medidas. En un escrito enviado al juez Norberto Oyarbide, dijo que “a través de la investigación de la UFI se han podido constatar diferentes irregularidades en la contratación que había suscripto Hebe de Bonafini en representación de la Fundación y Gotkin en nombre de Meldorek”.

 

 

Di Lello solicitó a Oyarbide que convoque a la Policía Federal para que protocolice los sitios de Internet donde hay constancia de que la fábrica italiana que proveía los paneles para las viviendas, lo hacía directamente con las Madres y no con Meldorek. En esa búsqueda también requirió que la AFIP identifique el origen de las maquinarias usadas para el funcionamiento de la planta de construcción en Pedro de Mendoza 3285 donde las Madres empezaron a realizar los paneles con producción propia. El fiscal quiere saber también a nombre de qué destinatario llegaron esas maquinarias. Para cerrar ese círculo, pidió que la Aduana informe el registro de importaciones hechas por la Fundación, la Asociación Rebeldía y Esperanza, y “Sueños Compartidos”

 

Clarín reveló ayer en exclusiva que Gotkin- mano derecha de Schoklender- que cobraba un sueldo de la Fundación, tiene una millonaria cuenta bancaria que aún no había sido identificada por la Justicia. Esto surge a partir del levantamiento del secreto bancario y fiscal que se realizó sobre el contador que está imputado en este expediente junto a los hermanos Schoklender y otra veintena de personas.

 

 

Gotkin figura como presidente de Meldorek, la empresa que luego se comprobó que pertenece a Sergio Schoklender. Con esos antecedentes, desde el origen de la causa, una hipótesis importante apuntaba a Gotkin como el centro de la trama que habría realizado maniobras de lavado de dinero. Analizando la documentación enviada por la UIF (que depende del Gobierno), Pleé confirmó operaciones por más de cuatro millones de pesos en donde Meldorek re endosaba cheques de la Fundación hacia Antártica Argentina, una sociedad presidida por Gotkin, quien después retiraba ese dinero en efectivo.

 

 

Di Lello convocó para la semana que viene a Schoklender para abrir las ocho cajas de documentación que presentó su defensa. Schoklender y su abogado, Adrián Tenca, fueron convocados para evitar planteos posteriores de posible violación de documentación. En la apertura también podrán estar presentes las Madres de Plaza de Mayo, ya que la Fundación fue aceptada ayer como querellante por el juez Oyarbide, por lo que ahora forman parte del expediente como damnificadas y pueden solicitar medidas de prueba.

 

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